Glenn Close se disfraza de hombre en la última incursión cinematográfica de Rodrigo García
Título: Albert Nobbs
Título Original: Albert Nobbs
Director: Rodrigo García
Guion: Glenn Close, John Banville, Gabriella Prekop (Historia corta: George Moore)
Musica: Brian Byrne
Fotografia: Michael McDonough
Productora: Coproducción Reino Unido-Irlanda; Mockingbird Pictures / Parallel Film Productions / WestEnd Films
Año/País: 2011 / Reino Unido
Duración: 108 min.
Género: Drama | Siglo XIX
Reparto: Glenn Close, Mia Wasikowska, Aaron Johnson, Jonathan Rhys Meyers, Brendan Gleeson, Maria Doyle Kennedy, Janet McTeer, Brenda Fricker, Pauline Collins, Bronagh Gallagher
Web oficial:
Enlace IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1602098/
Puntuación IMDB: 6,6/10 4.666 Votos
Enlace Sensacine.com: http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-178190/
Puntuacion Sensacine.com: 1,5/5
Irlanda, siglo XIX. Una mujer (Glenn Close) se ve atrapada en un triángulo amoroso inusual. Se disfraza de hombre para poder trabajar y sobrevivir, pero 30 años después se encuentra perdida en su propia prisión… (FILMAFFINITY)
Qué triste no tener un chelín. Supongo que eso debían pensar –como nosotros hacemos ahora con el euro- los dublineses más desfavorecidos de la segunda mitad del siglo XIX. Por aquel entonces, además, las apariencias eran una asignatura ineludible: cuanta más pompa y pintura, menor riqueza humana. El estatus lo otorgaban las amistades y –por encima de todo- el dinero. Cosa que sabe muy bien Albert Nobbs, cuyo nombre da título a la última película de Rodrigo García, quien ha demostrado un talento y una sensibilidad especiales en series como In treatment, donde Gabriel Byrne encarnaba a un psicólogo que hacía de interlocutor de personas deprimidas o en franca decadencia por cualquier aspecto de la vida, desde lo más banal hasta lo extremadamente profundo. En capítulos de apenas veinticinco minutos que ofrecían clases magistrales de diálogos y largos soliloquios llenos de amargura (y ternura).
Después de filmar The Passengers y Madres e hijas con Naomi Watts y Annette Bening, el director acude en Albert Nobbs a un cine de época sin complejos, sin espíritu rancio o aire vocacionalmente clasista. Ayuda que la co-guionista, Glenn Close, sea la protagonista de su propio texto –escrito a cuatro manos con John Banville-, adentrándose en el cuerpo de una mujer que decide hacerse pasar por un hombre para ganarse el pan y ahorrar lo suficiente en vistas a comprarse una tienda en donde abrir su negocio. Un sueño que ilumina la mirada de esta superdotada actriz, cuyas prótesis faciales y maquillaje no dejan rastro de esa fisonomía difícil que posee, tan sólo ciertos rasgos afilados, francamente feos. Sea como sea, Albert trabaja de mayordomo en un hotel medio distinguido –aunque la dueña es una vieja arpía- y le quieren bastante. Allí se ha ganado el cariño de todos. Se dedica única y exclusivamente a trabajar, y sale afuera en contadas ocasiones. Y como resultado el grueso del relato se desarrolla en interiores; pero Rodrigo García sucede los planos con agilidad, esa rapidez que caracteriza a la televisión pero sabiendo que es cine, en pantalla grande.
Mia Wasikowska, que no está aquí por casualidad (se dio a conocer en la serie citada anteriormente), cierra el círculo o triángulo ¿amoroso? entre el Albert de Close y el joven calderero que interpreta Aaron Johnson. Pero hay una certeza: el sueño. La esperanza. Siempre flotando a lo largo de un filme meritorio, cuya lograda ambientación y notables actores (Brendan Gleeson, por ejemplo) hacen que sus momentos de humor sepan a gloria en un entorno de servidumbre.
Nota: 6/10