Reseña: ‘El caballero oscuro: La leyenda renace’ (2012)

DESCENDER A LOS INFIERNOS PARA RENACER

Han pasado ocho años desde que Batman desapareciera en la oscuridad, convirtiéndose, en ese instante, de héroe en fugitivo. Al asumir la culpa por la muerte de D.A. Harvey Dent, el Caballero Oscuro lo sacrificó todo por lo que considera, al igual que el Comisario Gordon, un bien mayor. La mentira funciona durante un tiempo, ya que la actividad criminal de la ciudad de Gotham se ve aplacada gracias a la dura Ley Dent. Pero todo cambia con la llegada de una astuta gata ladrona, que lleva a cabo un misterioso plan. Sin embargo, es mucho más peligrosa la aparición en escena de Bane, un terrorista enmascarado cuyos despiadados planes para la ciudad hacen que Bruce regrese de su autoimpuesto exilio. Pero a pesar de volver a ponerse el traje, es posible que Batman no sea suficiente para combatir a Bane.

Ficha Técnica

Título: El caballero oscuro: La leyenda renace
Título Original: The Dark Knight Rises
Director: Christopher Nolan
Guion: Christopher Nolan, Jonathan Nolan (Historia: Christopher Nolan, David S. Goyer. Personajes: Bob Kane)
Musica: Hans Zimmer
Fotografia: Wally Pfister
Productora: Coproducción USA-Reino Unido DC Entertainment / Legendary Picture / Warner Bros. Pictures
Año/País: 2012 / Estados Unidos
Duración: 164 min.
Género: Thriller. Acción. Drama | Superhéroes. Cómic. DC Comics. Secuela
Reparto: Christian Bale, Tom Hardy, Anne Hathaway, Michael Caine, Gary Oldman, Joseph Gordon-Levitt, Marion Cotillard, Morgan Freeman, Juno Temple, Matthew Modine, Josh Pence, Nestor Carbonell, Brett Cullen, Tom Conti, Aidan Gillen, Liam Neeson
Web oficial: http://www.thedarkknightrises.com/
Enlace IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1345836/
Puntuación IMDB: No Disponible.
Enlace Sensacine.com: http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-132874/
Puntuacion Sensacine.com: No Disponible

Sinopsis

Han pasado ocho años desde que Batman desapareciera en la oscuridad, convirtiéndose, en ese instante, de héroe en fugitivo. Al asumir la culpa por la muerte de D.A. Harvey Dent, el Caballero Oscuro lo sacrificó todo por lo que considera, al igual que el Comisario Gordon, un bien mayor. La mentira funciona durante un tiempo, ya que la actividad criminal de la ciudad de Gotham se ve aplacada gracias a la dura Ley Dent. Pero todo cambia con la llegada de una astuta gata ladrona, que lleva a cabo un misterioso plan. Sin embargo, es mucho más peligrosa la aparición en escena de Bane, un terrorista enmascarado cuyos despiadados planes para la ciudad hacen que Bruce regrese de su autoimpuesto exilio. Pero a pesar de volver a ponerse el traje, es posible que Batman no sea suficiente para combatir a Bane.

Crítica

Christopher Nolan revolucionó el cine comercial de acción y aventuras hace siete años con Batman Begins apostando por un tono sombrío, serio y oscuro alejado del condescendiente estilo general de la mayoría de productos veraniegos sobre superhéroes, que tendían a infravalorar la inteligencia del espectador sirviendo un producto sencillo, asequible y masticado directo al paladar. Con The Dark Knight (2008) no solo dio un paso adelante en esa revolución sino que asentó las bases para futuros creadores de como se debe presentar y mantener a un villano en pantalla sin caer en el maniqueísmo ni la moralina. Muchas películas recientes han bebido de ese éxito (Un ciudadano ejemplar, X-Men Origins, Código Fuente, etc) pero ninguna ha conseguido igualarlo. Llegados a este punto, en el 2012, siete años después de liderar ese nuevo movimiento cinematográfico que ha cambiado los prototipos del cine comercial, Nolan se encuentra con que su máximo contrincante es él mismo. Solo puede competir contra su propio talento en esta tercera aventura del hombre murciélago, por lo que el listón está altísimo. Casualmente, lo mismo le ocurre a Batman, que en esta ocasión deberá hacer frente no a uno sino hasta cuatro villanos simultáneamente (consciente o inconscientemente). Nolan ha apostado el todo por el todo en el «más grande, más largo, más épico» y la apuesta ha resultado ganadora en parte, pero no totalmente.

El principal problema que le veo al film en su totalidad es el curioso montaje que han elegido los Nolan, pues saltan de una escena a otra con una determinación que puede ser confundida con aleatoriedad. Es decir, las abundantes tramas y subtramas que habitan en el guión son tratadas de forma no lineal y, solo a veces, dejando pasar demasiado tiempo entre unas y otras, pudiendo provocar el olvido y la confusión. Para mi gusto, es en estos momentos cuando la película se vuelve algo dispersa y caótica, sin saber bien por donde tirar con tantos frentes abiertos. Esto imposibilita la total implicación del espectador con la historia y la posibilidad de una evasión mental impensable en la segunda parte, donde la guerra Joker-Batman nos tenía con el corazón en un puño. También influye que el libreto abarque seis meses de la vida en Gotham, por lo que en algún momento se le puede atribuir algún problema de ritmo. Por otra parte, no voy a caer en el argumento fácil de decir que se echa en falta al Joker porque no es cierto. Bane es un pedazo de personaje, una bestia con suficiente entidad como para hacernos olvidar al payaso loco. Sin embargo, si me hubiera gustado que el personaje, con un pasado lleno de dolor y sentimientos, hubiera contado con el mismo tratamiento formal que el Joker. Que se le hubiera dado ese tiempo necesario para evolucionar en pantalla y no ser solo el villano de la función. Su presentación está a la altura del robo al banco de la segunda parte, enorme, pero da la sensación de que se le podía haber sacado más y explorado ese pasado turbulento que forjaron su cruel personalidad y que sale a relucir en el vibrante clímax final.

Porque si hay algo que sobresale por encima de todo son los espectaculares y emocionantes últimos 45 minutos (me recordaron más a Inception que a The Dark Knight), donde Nolan da rienda suelta a lo que mejor sabe hacer, controlar la acción y el tempo del caos. Las imágenes se asemejan a una ópera clásica o a una operación imposible a corazón abierto donde todo sale según lo planeado. Todo encaja en un sinfín de explosiones, persecuciones, disparos, traiciones, peleas cuerpo a cuerpo y una emoción incontenible. Las escenas del campo de fútbol y los puentes pasarán a los anales de la historia del cine de acción como ejemplos de una ejecución perfecta.
Gran acierto prescindir de la música en las peleas cuerpo a cuerpo Bane-Batman, donde podemos disfrutar en su máxima expresión de la brutal bestialidad de Bane, una máquina sedienta de sangre que destroza todo lo que sale a su paso sin piedad. Tom Hardy, en un papel que recuerda a la reciente (e injustamente ninguneada) The Warrior, no se guarda nada en una interpretación difícil, bastante más vocal que gestual, logrando inspirar verdadero terror sin olvidar la parte necesaria de sensibilidad para comprender al personaje. Hathaway compone una Catwoman amena, que no resulta cansina en ningún momento, aportando un toque de distinción a un papel muy sobado. Bale, Freeman, Oldman, Levitt y Cotillard tiran de tablas para hacer suyos a sus respectivos personajes (con sorpresa final en la identidad de algunos de ellos) pero sin lugar a dudas me quedo con un maravilloso Michael Caine, que se ve beneficiado por el íntimo tratamiento a la relación Wayne-Alfred (por fin!) y dándole la oportunidad de desarrollar un personaje que siempre ha tenido mucho que ofrecer pero que pocos han querido escuchar.

Es curioso como el cine de acción de EEUU parece coincidir en que para vencer al enemigo hay que fomentar la unión de las personas en todos los ámbitos, descartando el individualismo típico de los héroes para dibujarlos ahora como parte o líderes de un grupo de ciudadanos (a veces anónimos) decisivos en la lucha contra el crimen. Lejos quedan los héroes que solo necesitaban de sus músculos para salvar la papeleta. El efecto 11S ha vuelto con fuerza y, si ya lo pudimos ver hace pocos días en la reciente The Amazing Spiderman, The Dark Knight Rises vuelve a incidir sobre ello. El pueblo unido jamás será vencido, todos son necesarios para derrocar al mal y mantener la paz. Los héroes de guerra, paradójicamente, son olvidados y menospreciados en tiempos de paz. Los hermanos Nolan apuestan también por algunos giros finales satisfactorios salvo por uno que, particularmente, me ha parecido una oportunidad perdida para cerrar la trilogía de forma oscura y negrísima (que no voy a desvelar), lo que hubiera supuesto un bofetón a la industria de Hollywood y hubiera vuelto a cambiar las reglas del juego. Otra vez será. De momento hay que darle las gracias a Nolan por habernos brindado una trilogía ejemplar, adulta y a la altura de la leyenda del mejor superhéroe de cómic que jamás ha existido: Batman.

Nota: 8,5/10

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