«BURYING BODIES? STEALING A TRAIN»: CLYDE YA TIENE A SU BONNIE.
El equipo debe mostrarse creativo a la hora de conseguir materiales para cocinar metanfetamina.
Serie: Breaking Bad
Temporada: 5
Capitulo Nº: 5
Titulo Capitulo: Dead Freight
Fecha de Emisión: 12/08/2012
El equipo debe mostrarse creativo a la hora de conseguir materiales para cocinar metanfetamina.
Se suele decir que la televisión acoge las ideas que son demasiado extremas para una pantalla de cine, donde el resultado final debe ser accesible para el mayor ratio de edad posible aunque ello signifique suavizar escenas, imponer límites e intentar no hacer sentir mal al público. Sin embargo, la televisión tiene otra forma diferente de vivir de su audiencia. Las series eligen su audiencia y no al revés, sobre todo si esta es emitida por la televisión por cable, con una libertad creativa aún mayor que la permitida en una cadena pública. De esta forma nos han llegado historias para nada condescendientes con el espectador como The Wire, The Sopranos, Dexter, The Shield o Carnivale, entre otras. Todas ellas sobrepasan el límite y van más allá de lo nunca antes visto, cada una a su manera. Pero solo una serie ha sido capaz de sobrepasar el límite del límite con jugadas arriesgadas (por la posibilidad de perder audiencia por el camino) destrozando las leyes éticas y morales marcadas por nuestra hipócrita sociedad: Breaking Bad (aunque si incluimos a The Wire posiblemente tampoco nos equivocaríamos). Para ello ha optado por el camino más difícil y farragoso, la reinvención constante. Mezclar géneros como el drama, western, thriller e incluso la comedia negra sin rendir pleitesía a ninguno. Poniendo a sus espectadores entre la espada y la pared cuando menos se lo esperan, obligándolos a decidir por ellos mismos el camino que deben tomar. Seguir a ciegas a Walter White desde la honradez casi infantil de sus inicios hasta el infierno de la autodestrucción y la maldad que gobierna ahora, o despreciar esa senda para desearle lo peor al protagonista y escoger otros «héroes» que puedan ser su verdugo. Gilligan, Mastras, Bernstein, Slovis y cía se mueven constantemente en la ambigüedad proponiendo una mutación perseverante de trama y personajes, recordando a los Huston, Leone, Ford y Peckinpah (referentes narrativos frecuentemente visitados) más extremos. Así, como en las grandes novelas detectivescas de Thompson, Hammett o Chandler, el seguidor de la serie debe agudizar todos sus sentidos y exprimir al máximo su capacidad intelectual para desmenuzar las piezas de este enorme puzzle y analizar batallas psicológicas sin parangón, detalles que desvelan futuros golpes de efecto e intentar mirar el cuadro particular de cada personaje para formar un gran collage, dando las gracias al guión por haber eliminado de su vocabulario la palabra «condescendiente».
Una vez más, tenemos una escena pre-créditos absolutamente genial, no por si misma, sino por el efecto brutal que tendrá en el final de la trama del episodio y que, a buen seguro, repercutirá en la relación de Los Tres Amigos, Mike-Heisenberg-Jesse (como echamos de menos a Saul). Como siempre digo, nada hay puesto al azar en Breaking Bad y hasta la mini-historia más inconexa lleva a algo grande. La serie, en su episodio más western hasta la fecha, vuelve a incidir en la leyenda de Jesse James para ejemplificar la ascendente carrera del grupo donde nada les detiene, ni siquiera algo tan aparentemente complicado como robar material de un tren. Repito, el azar no existe en esta serie y recordemos que Jesse James acabo traicionado y asesinado por su más ferviente admirador, que en este caso sería Jesse. Cada vez más pistas apuntan a que el duelo final será Heisenberg-Jesse, secundado por Heisenberg-Hank (y ya veremos si Mike se apunta a la fiesta si sobrevive a esta temporada). Heisenberg tiene actualmente muchos frentes abiertos y parece sobrellevarlos todos con una pasmosa habilidad para la manipulación más ruin. Como la que tiene lugar al principio del episodio, donde «abre su corazón» a Hank haciéndolo sentir su confidente e interpretar de nuevo el papel de víctima de Skyler que tan bien hizo con Marie un par de episodios atrás. Su verdadero objetivo es colocar un micro en el despacho de su cuñado para interceptar una llamada y tenerlo controlado. La jugada no le pudo salir mejor, salvo por un detalle: Hank vio a Heisenberg mirar el marco familiar donde puso el micrófono. A estas alturas, puede ser un detalle decisivo para llamar la atención de Hank sobre Heisenberg (como su interés en el nuevo reloj que luce…) o un simple despiste para una audiencia acostumbrada a buscar respuestas en cosas insignificantes, con productivos resultados para los más intuitivos.
Skyler ha vuelto a evolucionar como personaje pero ha sido una evolución curiosa y, en cierto sentido, irónica. Recordemos que cuando Walt era Walt, al principio de todo, su meta era conseguir el suficiente dinero para dejar bien posicionada a su familia cuando el cáncer acabase con su vida. Para ello, todos sabemos que decidió, y eso supuso una carrera contrarreloj en la que lo último que le importaba era su propia vida. Skyler ha tomado el relevo moral de su marido. Sabe que es una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento, como ha pasado ya en varias ocasiones, y que eso podría poner en peligro a sus hijos. Skyler ha dado por perdido a Walt (y eso que no sabe la mitad de la mitad de la mitad…) y de hecho desea su desaparición pero, hasta que esta llegue, ha decidido entregarse en cuerpo y alma a proteger a sus hijos de su padre sacándolos de su casa y ofreciéndole un trato a Heisenberg: su apoyo total a su carrera criminal a cambio de ellos. Este acepta, inmerso en el crecimiento de su imperio. Por lo tanto, ahora Skyler es Walt y Walt es Heisenberg… ¿cuál será el siguiente paso? Para la historia de Breaking Bad queda este diálogo:»-¿Enterrando cadáveres?», «Robando un tren». Y nadie se inmuta. Clyde ya tiene a su Bonnie. Magistral.
Mientras tanto, Heisenberg continúa con su imparable carrera hacia la cima del narcotráfico mientras que Jesse lucha cada minuto por mantener su humanidad y dignidad, intentado que ningún tercero resulte herido en las riñas Heisenberg-Mike. Ambos han estado a un palmo de asesinar a Lydia sin el consentimiento de Jesse, el único que parece interesado en no dejarse llevar por la oscuridad. De hecho, esto le obliga a exprimirse el cerebro en la búsqueda constante de soluciones no violentas para conseguir sus propósitos, como la idea para dañar el ordenador de Gus o, en esta ocasión, robar el tren sin bajas mortales como proponía Mike. Por esto mismo el final es tan grande, desgarrador y duro. Un recién incorporado personaje, Todd, se ha mostrado tal como es y en su afán por no dejar cabos sueltos, ha acabado fríamente con la vida de un niño que había contemplado toda la incriminatoria escena. Un segundo antes te sonrío, un segundo después te disparo, dos segundos después estás muerto. El duelo Todd-Jesse está servido. Y es que Jesse no termina de tener suerte con los niños, como ya hemos visto en el pasado, y quien sabe si ese afán de justicia puede costarle la vida. Por cierto, es en escenas valientes, terribles y directas como esta donde Breaking Bad, como decía antes, «elige» a su audiencia. Eliges realismo y crudeza, eliges Breaking Bad. Eliges buena conciencia y comodidad, eliges cualquier otra cosa.
Los episodios frenéticos han vuelto. Ya hemos superado el umbral de la temporada, por lo que el ritmo endiablado, los puntos de no retorno y las resoluciones dramáticas dominarán ahora la serie. La secuencia del tren puede ser, a nivel de virtuosismo y montaje, la más grande de las cinco temporadas, exhibiendo un poderío narrativo portentoso, con una tensión construida siguiendo el modelo Hitchcock y un gran montaje. De hecho, Hank le dice a Walt Junior si quiere ver con él Heat, de Michael Mann, señalando claramente la inspiración y referencia para esa última secuencia, donde el climax dura unos hipertensos 15 minutos. El robo al tren es, a nivel técnico sobre todo, una espectacular obra de arte. Y como antes he comentado que siempre hay que ir más allá para apreciar correctamente el conjunto de episodios, pienso que hemos visto el comienzo de una posible alianza. Me explico. Lydia ha dejado claro que hará lo que sea y acabará con quien sea con tal de salvar a su hija. Mike no para de poner pegas y de tener roces con Heisenberg. Todd también ha dado una muestra de su determinación y su falta de moral al acabar con la vida de un niño inocente mirándolo a los ojos. Jesse tiene un serio problema con ello. ¿Es por lo tanto posible que Mike y Jesse sean reemplazados por Lydia y Todd? Ella tiene también ciertos contactos y acceso a material y él profesa una admiración casi platónica por el químico cincuentón. Y lo más importante, ni Lydia ni Todd le discutirían a Heisenberg su liderazgo, en ningún momento su posición de líder correría peligro. Ellos solo han conocido a Heisenberg y no a Walt, por lo tanto, puede dar rienda suelta a todas sus aspiraciones delictivas sin tener que convencer a nadie o tener que tener en cuenta pasadas rencillas o remordimientos. ¿Mike y Jesse VS Heisenberg?. Todo apunta a que si pero cada semana Gilligan me hace pensar en diferentes teorías, a cual más atractiva y sanguinaria. ¿Y Skyler?, ¿y Hank? .¿Quién traicionará antes a Heisenberg? Quién caerá primero? Quién será el primero que apriete el gatillo?