[Sitges 2012] ‘Spring Breakers’ (2012)

REBELDES, TRANSGRESORES, ANTISISTEMAS…BASURA.

Cuatro jovencitas estudiantes terminan presas tras robar un restaurante para financiar sus vacaciones de primavera (spring break). Son rescatadas por un traficante de armas y drogas que, a cambio, quiere que hagan trabajo sucio.

Ficha Técnica

Título: Spring Breakers

Título Original: Spring Breakers

Director: Harmony Korine

Guion: Harmony Korine

Musica: Cliff Martinez, Skrillex

Fotografia: Benoît Debie

Productora: MJZ / Muse Productions / O’Salvation

Año/País: 2012 / Estados Unidos

Duración: 92 min.

Género: Drama | Drogas. Crimen. Adolescencia. Cine independiente USA

Reparto: Selena Gomez, James Franco, Vanessa Hudgens, Heather Morris, Rachel Korine, Ashley Benson, Emma Holzer, Ash Lendzion, Josh Randall, Gucci Mane

Web oficial:

Enlace IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2101441/

Puntuación IMDB: 7,2/10

Enlace Sensacine.com: http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-199070/

Sinopsis

Cuatro jovencitas estudiantes terminan presas tras robar un restaurante para financiar sus vacaciones de primavera (spring break). Son rescatadas por un traficante de armas y drogas que, a cambio, quiere que hagan trabajo sucio.

Crítica

Que noche la de aquel día (A Hard Day’s Night, Richard Lester, 1964), Help (Richard Lester, 1965), Magical Mistery Tour (Bernard Knowles & The Beatles, 1967) o Yellow Submarine (George Dunning, 1968) son algunos de los trabajos cinematográficos protagonizados por The Beatles, la banda de Pop-Rock más grande de todos los tiempos. Sus hordas de fans (sobre todo quinceañeras) llenaban las salas de cine convirtiendo cada estreno de los cuatro de Liverpool en un éxito sin paliativos. Lo más llamativo del asunto era que no les importaba en absoluto los personajes, la trama o la historia. Lo importante era que actuaban The Beatles haciendo de eso mismo, de The Beatles. John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison eran las cuatro estrellas más mediáticas del planeta, lo que obligó a sus agentes y asesores de marketing a construirles una personalidad diferente y propia a cada uno con la que su público pudiera identificarse. Por lo tanto, eran personas corrientes disfrazados de músicos. A su vez estos músicos, en sus aventuras para el celuloide, se volvían a colocar otra careta que los transformaba en una figura diferente a la original pero popular para el pueblo. Al final, en sus films británicos, no eran más que representaciones manipuladas adaptadas al gusto de los espectadores que, entusiasmados y satisfechos, reclamaban más y más. Richard Lester y cía no necesitaban una construcción detallada de personajes, ni que estos tuvieran aristas o fuesen redondos. Solo precisaban que The Beatles fueran The Beatles en otro medio durante noventa minutos, cuatro pases a la semana. Harmony Korine ha ejecutado la misma jugada con Selena Gomez y Vanessa Hudgens. El realizador caloforniano ha colocado a las estrellas de High School Musical y Los Magos de Waverly Place en un ambiente diferente, totalmente alejado de sus anteriores trabajos y ha confiado en que la percepción de sus entusiastas admiradores haga el resto, ahorrándole la laboriosa misión de crear desde cero. La película es un gran «¿y si Selena Gomez y Vanessa Hudgens fueran unas auténticas zorras?», sirviéndose íntegramente de la realidad para alimentar la ficción. Mi respuesta a ese «¿y si…?» es:no me interesa en absoluto, señor Korine, en absoluto.

Me produce cierta gracia cuando el director de turno se queja de que su película no es tomada en serio debido a que el protagonista de la misma es un cantante, una modelo o similar, argumentando que no es justo que se condicione todo un proyecto por la presencia de un rostro conocido. Lo que no se suele comentar es que su intención al situar ante los focos a una estrella no cinematográfica es puramente comercial, para atraer al mayor público posible, algo que me parece muy loable, pero no cuando a los espectadores se nos limita la crítica y se potencia el elogio. Si un estudio pretende explotar la imagen de una celebridad solo puede obtener dos resultados:éxito de taquilla o desprecio absoluto. Y es que Spring Breakers es un film autoconsciente de su apuesta por lo vacío que muchos verán rebosante y donde la provocación fácil y barata alcanza cotas pornográficas y repugnantes. En pleno Siglo XXI que unos chavales hagan fiestas con droga, alcohol y sexo en la playa no es descubrir América y la obsesión del firmante de Trash Humpers por potenciar estas imágenes durante todo el metraje llega a ser desesperante, saturando hasta al más pervertido. Entendemos lo que se quiere hacer, el significado descriptivo de la repetición de tetas, culos, cuerpos desnudos, desfase y cerveza, pero con el 10% de ello hubiera provocado el mismo efecto y no nos sentiríamos hastiados ni desganados de continuar con la proyección. La elaboración del montaje tampoco ayuda en lo más mínimo. El batiburrillo de ocasos, planos de postal, fotografía de anuncio de colonias de saldo, diálogos en off pretendidamente profundos (pero sin la más mínima sustancia dramática) y la constante repetición en espacios y tiempos diferentes de todo esto, incita al suicidio colectivo. Editar no es intercalar planos sin conexión al azar esperando que forme una experiencia nueva y refrescante. La sala de montaje se usa para corregir ritmos, potenciar virtudes, disimular defectos, pulir la narración…y no para llenar la pantalla de efectos superficiales que harían las delicias del Hunter S. Thompson más colgado.

La estética videoclip inunda cada fotograma sin dar nunca tiempo al reposo que convendría para que la ¿historia? se asiente en nuestras cabezas. Es un recurso que nunca me ha gustado pero aquí particularmente es cargante. Harmony Korine emplea la problemática del despertar del sexo adolescente como representación física de la imposibilidad de satisfacción propia de la edad, lo que incita a la múltiple repetición de actos violentos y sexuales aumentando cada vez más su intensidad y duración pero no su placer. El problema reside en que en manos del director no hay lugar para la reflexión ni el subtexto, todo es puro exhibicionismo y revolución social de postín. Los supuestos abanderados de esta generación son poco menos que dibujos animados sin pies ni cabeza, en una generalización ruin y poco fidedigna. Es lo mismo que catalogar a todos los alemanes de nazis. Es lo más sencillo recurriendo a la historia, pero ¿es real? En Spring Breakers lo real no importa y todos los adolescentes son escoria merecedores de diagnósticos propios de especies salvajes. Para más inri, ese intento de liderar una estúpida insurrección (¿contra qué?) sin sentido alcanza su patético clímax en la exaltación criminal del American Dream por parte de un pasadísimo James Franco, pretendiendo criticar a la sociedad estadounidense a través de burdos patrones ilógicos y absurdos y, de nuevo, generalizando. La continua falsa ostentación de peligrosidad de sus personajes los convierte en muñecos de un guionista con ínfulas de bad boy que ha visto demasiadas veces Scarface y, al no saber como representar el peligro o la amenaza, se limita a manifestar oralmente a través de sus actores lo malos que son, lo rebeldes que son, lo asesinos que son. El cine nació como imagen en movimiento y el sonido significó un cambio radical en la percepción del mismo al ofrecer una cantidad considerable de opciones narrativas, pero desde luego ninguna de ellas puede ser RECITAR sentimientos ante la incapacidad total de MOSTRAR sentimientos. Franco tiene un tatuaje de una lágrima, dientes de plata y un arsenal armamentístico superior al de muchos países, señor Korine, ya nos imaginamos que no es una monja de la caridad. Para finalizar, me cuesta decidir si es más triste el lamentable desenlace donde la incoherencia cobra un nuevo significado o lo es el momento «Britney Spears song» en un desesperado intento por rendir homenaje a una supuesta generación perdida cuyos ídolos son ángeles caídos en desgracia. ¿Qué es pulp? De acuerdo. ¿Qué es transgresora? ¡Ja!.

 

Nota: 0/10

About jlamotta23

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2 comments

  1. ¡Qué ganas de verla después de esta crítica!

    Una película estética, superficial y vacía, bonita y fea, llena de niñas en bikini siendo violentas. Un sueño.

    Ya en la rueda de prensa del TIFF Harmony Korinne explicó que no pretendía contar ninguna historia y que solo estaba interesado en mostrar algo superficial. Que era una película de superficies.

    Los que estén familiarizados con el cine de Korinne lo entenderán perfectamente…

  2. Totalmente en desacuerdo con esta crítica. A mi me pareció una buena película, con algún punto mejorable, claro está, pero globalmente me gustó.
    Personalmente fué una grata sorpresa en Sitges, pero también tengo que decir que a la mayoría de la sala no le gustó para nada..incluso algunos abandonaron antes del final.
    Sobre gustos.. 😉

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