Breaking Bad – 5×09: ‘Blood Money’

«SI NO SABES QUIEN SOY… TU MEJOR OPCIÓN ES ANDAR CON CUIDADO”

 

Ficha Técnica

Serie: Breaking Bad
Temporada: 5
Capitulo Nº: 9
Titulo Capitulo: Blood Money
Fecha de Emisión: 11/08/2013

Crítica

Un año después de dejar a Hank con el culo al aire tras descubrir (o al menos intuir) la verdadera identidad de su cuñado Walt, Breaking Bad vuelve con una renovada ración de mentiras, maquinaciones, vilezas y miedos, muchos miedos. Porque el tema principal del capítulo (y posiblemente de la temporada) no es otro que el miedo. El terror a la muerte, a la enfermedad, a la guerra o a la pobreza representado en unos personajes dañados y débiles psicológicamente, extasiados por una lucha constante contra el mal que ellos mismos han creado consciente o inconscientemente. Una representación espeluznante de Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, aportando una fuerte carga bíblica a la historia, a la que de vez en cuando recurre la serie. Ya no hay villanos manifiestos. Ya no están Gus ni Mike. Solo quedan Walt y Jesse, los dos pardillos originales que han superado niveles inimaginables de contrariedad, dejando a su paso una prominente ristra de cadáveres, en una espiral sin control donde el «más difícil todavía» formaba parte de su rutina criminal. Por tanto, nos enfrentamos a la última temporada de Breaking Bad sin un enemigo exterior, solo Walt, Jesse, Skyler y Hank como piezas fundamentales de la narración. La forma en la que estas piezas se muevan determinará el fin de cada uno de ellos, pues si algo caracteriza a la serie es ese principio básico por el que por cada acción hay una reacción…y cada reacción afecta a un tercero de forma indefendible, inesperada y fatal. A estas alturas, todo hace indicar un duelo Hank-Walt pero, en ese caso, ¿Dónde queda el Walt-Jesse? ¿Cuál es el papel de Skyler? ¿Y Todd? ¿Lydia? ¿Declan? Muchos factores listos para entrar en ebullición y activar así la imparable y definitiva ola de destrucción que nos vienen señalando desde hace unas temporadas. A todo esto hay que sumarle el nuevo rol de Walt, consciente de la importancia de las apariencias en el mundo del crimen y la sociedad en general, escondiendo su dentadura de lobo feroz bajo la apacible piel de un corderito que ha vuelto al redil. Sucia mentira. Es Heisenberg manejando los hilos de manera mezquina y ruin, volviendo a recurrir al engaño déspota a la mínima de cambio, con la diferencia de que ahora no siente remordimiento alguno. Eso quedó atrás hace tiempo, mucho tiempo, cuando aún Walt luchaba contra Heisenberg por preservar su alma, como ya profetizaba Gnarls Barkley en su Who’s gonna save my soul now en el 1×07:»A No-Rough-Stuff-Type Deal». La historia sigue por donde la dejamos, a pesar de que hayamos tenido que esperar doce meses para continuarla, algo habitual en un programa en el que se ha apostado desde el principio por mantener una linea temporal continuada, inducido por el obligado seguimiento al desarrollo psicológico de su protagonista. Gilligan y sus escuderos tuvieron la mala sangre de despedir la quinta temporada con un cliffhanger de categoría que ha propiciado infinidad de teorías y suposiciones varias sobre la reacción que el agente Schrader tendría hacía el ahora capo de los capos, Heisenberg. Y ellos, siempre tan ocurrentes, han preferido abrir la nueva temporada con la continuación del flashforward del episodio 5×01, donde un irreconocible Walter White volvía a Albuquerque por motivos a priori desconocidos pero no difíciles de adivinar. El cáncer había vuelto, seguía teniendo dinero y algún tipo de amenaza se acechaba sobre él. Razón de más para hacerse con una ametralladora M60, un arma de gran alcance, de carácter ofensivo y defensivo, como el propio Walt a lo largo de toda la serie. Los pronósticos no eran precisamente agradables y, efectivamente, la escena pre-créditos de este Blood Money así lo confirma. Tanto las breves imágenes como el subtexto de la escena se empeñan en horrorizarnos como si fuéramos esa vecina amable llamada Carol que se aterroriza con la sola presencia de su antiguo vecino, un vecino ejemplar.

tumblr_mreldyovhr1s4rvwfo1_1280

Peter Gould, guionista del episodio, es uno de los escritores televisivos más inteligentes que ha dado el medio. Domina todos los tipos de narración y, al ser Breaking Bad una serie donde no se escamotea a la hora de utilizar recursos expositivos, goza de cierta libertad que le permite desarrollar plenamente esta actividad. Un ejemplo lo tenemos en la forma en la que la casa de los White se nos es presentada en el susodicho flashforward. La residencia de Walt, Skyler, Walt Junior y Holly se acerca más a la consideración de personaje particular que la propia Albuquerque, que ha sido usada como un terreno neutro en comparación con Baltimore en The Wire o Nueva Jersey en The Sopranos, por citar un par de ejemplos de temáticas similares. En esa casa apenas hemos vivido momentos alegres, no ha servido como pausa dramática al relato criminal, puesto que la trama familiar se ha desarrollado casi en su totalidad en ella. Por lo que en teoría podría ser un espacio propicio para una liberación de ambiente cargado de tensión, se ha convertido en otra fuente inagotable de sucesos y confrontaciones de todo tipo. Tan solo en el episodio piloto podemos atisbar cierta relajación y desahogo con la fiesta de cumpleaños preparada para Walt, pero incluso en ese momento sirve como excusa para que al ex-profesor de química le entre curiosidad por el tráfico de drogas. El hogar que nunca ha sido un hogar ahora es presentado como un agujero abandonado donde patinadores adolescentes hacen sus piruetas en la vacía y aprovechadísima (a nivel narrativo) piscina, donde un cartel de «Warning! No trespassing» (lo que me recordó instantáneamente al inicio de Citizen Kane, Orson Welles, 1941) nos advierte de que hechos funestos han tenido lugar en ella, donde incluso un elemento externo como es el vuelo de un avión nos recuerda de pasadas acontecimientos oscuros lejanos. La referencia a Orson Welles no es gratuita ya que siempre he pensado que la forma de tratar formalmente la residencia familiar contiene elementos inconfundibles del cine negro de los cuarenta y cincuenta, donde las paredes estrechas y asfixiantes, los techos bajos y opresivos, y la fotografía que juguetea con el expresionismo y los claroscuros eran marcas inconfundibles. The Lady From Shanghai (Orson Welles, 1947), Touch of Evil (Orson Welles, 1958), While the City Sleeps (Fritz Lang, 1956) o The Killers (Robert Siodmak, 1946) se antojan como algunos de los posibles referentes en este aspecto. Un gran «Heisenberg» escrito en amarillo adorna la pared, lo que puede dar a entender que es una marca, una señal de la DEA o de la mafia lo que, en teoría, podría dar al traste con las suposiciones de que él y su familia acaban en el sistema de protección de testigos. Su reencuentro con el alias que le ha hecho perder todo realmente impresiona, como si su otro yo estuviera reclamando y celebrando su victoria en su territorio. Como el hecho de no saber si en ese momento su familia está viva o muerta. O comprobar como el ricino vuelve a escena de nuevo, seguramente por última vez, y con Jesse o Hank como posibles víctimas. Y de esta manera volvemos a un clásico de Breaking Bad como es la reiteración situaciones manteniendo la forma pero modificando el fondo. Algo tan simple como un saludo a una vecina con apenas cinco minutos de diferencia en tiempos diferentes provoca un pavor inimaginable en cualquier otra circunstancia. Así como contemplar la casa en el presente hace que te invada automáticamente un sentimiento de pena y frustración por lo que el futuro nos acaba de mostrar. ¿Cómo se llegará a eso? ¿Quién morirá en el proceso? ¿Qué habrá más allá? El movernos de un extremo a otro nos modifica la mirada, nuestra aprehensión se ve agudizada por el poco tiempo transcurrido entre una imagen y otra, y el cotejo entre ambas es ineludible.

bb_509_uc_1213_0178a

En este retorno se ha recuperado una de las señas de identidad de la serie, el estudio concienzudo de personajes, la interacción constante entre ellos, con total ausencia de acción, tan solo juegos mentales, estrategias, desconfianzas y falsedades. De esos episodios que sientan las bases de la tragedia que está por llegar. Con un ritmo como el de los primeros episodios, lento y pausado, con un cuidado milimétrico en la escritura de diálogos y una interesante dirección del propio Bryan Cranston. El sosiego que domina el relato es más que necesario y justificable, pues hay varios frentes abiertos que chocarán entre si próximamente y las reacciones de personajes es uno de los elementos mejores cuidados de la serie. Por un lado tenemos al sabueso de Hank, que por fin ha olido el hueso del auténtico Heisenberg y no parece tener intención de soltarlo, caiga quien caiga. Pero, y aquí viene otra joya de guionista brillante, el proceso por el que pasa hasta decidirse a ir a por su cuñado nos hace encariñarnos con él, cogerle aún más simpatía y, en cierta media, incluso lástima. A pesar de tenerlo en plena cara, Hank no quiere creer, necesita no creer e investiga y coteja datos para que la realidad no se convierta en una pesadilla. El ataque de pánico de Hank tal como le ocurrió en su etapa de El Paso, le muestra como una de las pocas personas con sentimientos e íntegras que quedan en la serie. Es la reacción natural de alguien que no puede concebir el mal dentro de su propia familia. Y sorprende, tan acostumbrados que nos tenían a que los cadáveres apilados no tuvieran consecuencias psicológicas en unos personajes muy alejados ya de cualquier tipo de ética y moral (salvo Jesse, actualmente). Estamos de su lado, nos duele verle así, a pesar de que, admitámoslo, aún sigamos sintiendo fascinación por el despreciable Heisenberg. Hank es de los nuestros y duele ver como el diablo le dice adiós mientras porta un ángel en sus brazos, casi burlándose de él. La breve investigación policial sirve también para refrescarnos la memoria de forma sutil y amena (con un montaje musical) de los cuerpos enterrados por Walt y/o Jesse (Mike, Tuco, Tío Salamanca, Gus, Don Eladio, Gale, etc) y como les han afectado de manera radicalmente opuesta. A Walt le han servido para construir un imperio y realizarse, aunque no exactamente como él pensaba hace veinte años (el American Dream…). A Jesse le han destrozado su conciencia, su alma, su vida. Es un cadáver viviente, sin sangre ni pretensiones. Su objetivo dista mucho del que era cuando empezó la serie, pues era el típico chaval cabeza loca sin más ambiciones que colocarse con sus amigos. Ahora sus amigos cuentan historias de Star Trek (un poco largas para mi gusto, por cierto) mientras él intenta no quemarse por dentro. Badger y Skinny Pete, muy olvidados desde hace bastantes episodios, han vuelto a la vida de Jesse, con una única función específica:personificar la inocencia, donde sus mayores problemas son hablar de series, música, cine y fumar. Sin oficio ni beneficio, de acuerdo, pero con una conciencia limpia y despreocupada donde la oscuridad no les alcanza. En cambio, Jesse tiene que cargar con desapariciones y situaciones extremas en el recuerdo como Jane, Gale, Brock, Mike, su nieta y el chico de la motocicleta, entre otros. La prueba definitiva de que Pinkman ha cambiado es que, mientras que en el 4×12 se lanza como un animal contra el que cree envenenador de Brock, Walt, actualmente sospecha que su ex-socio ha eliminado a Mike y el miedo, la desidia y la depresión le paralizan hasta límites insospechados. No parece haber una solución fácil para su estado, ya que ni el hecho de regalar el dinero sangriento del título a extraños le reconforta. Una solución exterior para un problema interior está condenado al fracaso de antemano, por lo que se intuye que tendrá que realizar un acto de mayor envergadura, como pueda ser eliminar a su figura paterna y culpable de casi todos sus problemas:Heisenberg. Porque la otra opción es el suicidio, algo que ninguno de nosotros quiere ver.

S5walt

En este episodio no se ha profundizado demasiado en la figura de Skyler pero por lo poco que hemos visto de ella, parece que ha vuelto a aceptar definitivamente a Walt, que no piensa dejarlo caer en las garras del tráfico de drogas nuevamente (esa escena con Lydia…) y que se siente extrañamente cómoda en una posición de poder. Ella, que ha vivido siempre con sus sueños cohibidos, que no ha podido vivir la vida que su marido le prometió. Ahora parece que todo le sonríe, al fin, y no piensa perderlo todo por un dinero que no necesita. Lo que antes era una simple tapadera ahora es su verdadera cara, el lavadero de coches ha resultado ser el negocio perfecto para volver a unir al matrimonio, e incluso piensan en la expansión. Resultaría irónico que trabajar por fin en un negocio legal sea lo que les traiga la ruina, ya que parece que Walt ya no respeta como antes la química y la pureza de su producto ha bajado hasta el 68%. Este es el universo Breaking Bad, y descuidar una actividad ilegal en favor de una legal va a acabar con la tranquilidad familiar de alguna u otra forma (recordemos el trato con Declan sobre la pureza del producto y la «Classic Cola»). Al tiempo. Por su parte, Heisenberg sigue escrupulosamente los pasos de Gus y su conversión en capo es total, en todos los aspectos. Lleva un negocio amable de cara al público, no necesita aparecer por el laboratorio, su fortuna se hace sola y sus formas han cambiado. Incluso Cranston y Gould nos lo quieren hacer ver en pequeños detalles como la conversación con Lydia en el lavadero de coches (que nos recuerda a las mantenidas por Gus con Walt tratándole como un cliente más), el gesto de la toalla en el baño (4×10) o el GPS colocado por Hank en su coche, como en su día le ocurriera a Fring. Walt vive como un capo, también para lo malo. Siempre se ha dicho que los jefes mafiosos no suelen llegar a viejos, y que antes de acostarse tiene lugar un ritual de revisión de cama, baño e incluso coche, por si las moscas. La paranoia del que se siente perseguido, del que lleva la tan ansiada corona. De hecho, Walt sigue pensando en él mismo como un ser todopoderoso que puede dar y quitar vidas a su antojo, algo que queda claro en dos escenas enormes con Jesse y Hank, a los que amenaza de muerte (aunque a Jesse de forma más sutil). Walt necesita creer en Jesse, en que su conciencia no le jugará una mala pasada o que no va a entregarse y delatarle. El estado de Jesse es deplorable y Walt quiere creer en él para no tener que acabar con el que considera su hijo. Las repetidas veces en las que Walt pregunta a Jesse si está con él en el tema de Mike no son más que ruegos en voz alta para que elija la decisión correcta. En cambio Walt no va a tener tanta paciencia con Hank, al que llega a amenazar de forma abierta en su propia casa, en su garaje, cara a cara, segundos después de que ambos se quiten las caretas. Una de las mejores escenas de la historia de la serie. Una guerra se acaba de desencadenar y ninguno de los dos va a reservar fuerzas en la contienda. Tal como dije al principio, esta parece ser una temporada donde el miedo va a predominar y cada personaje tiene motivos para tenerlo. Walt tiene miedo a ser pillado antes de morir (ya sabe que el cáncer ha vuelto y que morirá pronto), Skyler a volver a perder a su familia, Hank a que Walt sea realmente el monstruo que parece ser, Marie a la vuelta de los ataques de pánico de Hank y Jesse a no poder librarse de su sentimiento de culpa. Lo mejor es que ese miedo se traslada al espectador y lo que antes era un thriller, un western o un drama, ahora parece una auténtica película de terror, con su monstruo incluido. Y lo peor está por llegar.

PD:la serie sigue con su proliferación de bromas macabras autorreferenciales, como juntar a Jesse y Huell mientras el primero se fuma un porro (Brock) o el plano del goteo de Walt en la clínica del cáncer en referencia a la idea de Jesse en el 5×05. Geniales.

Promo del próximo capitulo

About jlamotta23

Mi Amor.SevillaFC.Cine.Series.He escrito1WesternNoirRoadMovie.Bob Dylan,Bowie.Jim Thompson.Escribo sobre cine.The Wire,Kubrick,TheSopranos,Scorsese,Breaking Bad

Check Also

Netflix se asoma de cerca a la industria del cine

La plataforma de streaming Netflix, cuyo éxito a nivel mundial es rotundo, comenzó a dirigir …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies