Breve vistazo al comienzo de la historia del Capi en las viñetas
El número 1 de Captain America Comics salió a la venta en marzo de 1941 publicado por Timely Comics (que en los ’50 pasará a llamarse Atlas Comics y a principios de los ’60 Marvel Comics) creado por Joe Simon y Jack Kirby, obteniendo una gran popularidad que tras la derrota de los nazis en la SGM empezó a decaer, con el cierre de series como USA Comics en 1946, serie encabezada por el Capi; All-Winners
Comics, al año siguiente; y al final de la década también habían desaparecido Captain America Comics y Captain America’s Weird Tales. Tras una reaparición en 1954 en Captain America… Comie Smasher!, dibujada por John Romita y que duró solamente tres números, no volveríamos a ver al Capitán América hasta que lo recuperase Stan Lee para Los Vengadores (pero hasta esto no llegaremos para evitar posibles spoilers sobre el final de la película Capitán América: el primer vengador).
A pesar de ser una etapa que tiende a ser a olvidada, ya nos dejó las primeras colaboraciones entre Stan Lee y Jack Kirby (padres de casi todas las colecciones que en los ’60 hicieron de Marvel lo que es hoy) e hizo que fuese el primer héroe de Marvel en tener una adaptación al cine con unas TV movies en 1944 y en 1990 con una película olvidable en la que Matt Salinger hacía de Capitán América y Scott Paulin de Cráneo Rojo, papeles que en la nuevaadaptación que se estrenará este viernes interpretan Chris Evans y Hugo Weaving.
Steve Rogers, de chico flaco a símbolo de libertad y justicia
Steve Rogers era un chico enclenque que creció durante la gran depresión de los años ’30 que siguió al crack del 29 cuando comenzó la invasión nazi a Europa quiso alistarse en el ejército, pero fue rechazado por motivos de salud. Un general, al ver cómo expresa su deseo de querer servir a su país, le selecciona para la operación Renacimiento. Fue inyectado con el suero del Supersoldado y bombardeado con rayos “Vita”, lo que convirtió al escuálido Rogers en un portento físico de gran fuerza, velocidad, reflejos y capacidades acrobáticas, que mejoró a base de entrenamiento y del aprendizaje de técnicas de combate cuerpo a cuerpo.
A esto hay que sumar su traje, una cota de malla a prueba de balas (de los diseños más finos de Kirby) y su inseparable escudo de 76 cm y 5’5 kg, fabricado con una aleación de acero y vibranium que lo hace prácticamente indestructible, sirviendo al Capitán para parar y repeler ataques así como ser lanzado y dejar fuera de combate a sus enemigos (el secreto de cómo fue hecho, al igual que el de la fórmula del suero del Supersoldado, ha desaparecido y no ha podido ser imitado por los mayores científicos, por lo que cuando se rompe el Capi debe recurrir a la ayuda de otros superhéroes como la Bruja Escarlata o el Doctor Extraño).
De esta manera, un “tirillas” llegó a ser un símbolo de libertad y justicia que servía como propaganda para que se alistasen más soldados al ejército, pero no solo eso, puesto que también se trata de un gran luchador y héroe útil para las misiones más arriesgadas.
Y también se trata de un patriota, pero hay que aclarar el concepto. El Capitán América es un patriota en el sentido de que defiende y es partidario de los valores del llamado sueño americano y la moral de su época, no porque sea defensor acérrimo del Gobierno de EEUU. De hecho, en alguna ocasión, ha ido en contra del Gobierno llegando a renunciar a ser el Capitán América. Al ver la portada del primer número, en el que da un puñetazo a Hitler, mucha gente crítica ese patriotismo, pero esto también se podía ver en muchos otros cómics de la época de Marvel y DC, puesto que Hitler era el mayor enemigo de la época (incluso actualmente también podemos ver parodias de Hitler en series como Padre de Familia).
Bucky Barnes, el compañero inseparable del Capitán
James Buchanan Barnes era un huérfano que se convirtió en la mascota del campo de entrenamiento del éjercito Camp Lehigh (Virginia) donde Steve Rogers había sido destinado. Accidentalmente, Buky descubre la identidad secreta del Capitán América que le hace jurar guardar el secreto y le entrena para que sea su compañero de aventuras, ganándose su propio traje. En la película, a Bucky lo interpreta Sebastian Stan.
Cráneo Rojo, el enemigo acérrimo
Johan Schmidt era un niño huérfano y maltratado que conoció a Hitler trabajando de botones, quién lo entrenó para ser un superagente nazi disfrazado con una máscara roja.