[Sitges 2013] Reseña: ‘Mindscape’ (2013)

CUANDO LOS RECUERDOS SON PREVISIBLES Y PREFABRICADOS.

Mindscape es la historia de un especialista en incursiones en los recuerdos de otras personas. El film se centra en su nuevo objetivo, una adolescente (Taissa Farmiga) que bien puede ser una joven traumatizada o una brillante sociópata.

Mindscape

Ficha Técnica

Título original: Mindscape
Año: 2013
Duración: 95 min.
País: Estados Unidos
Director: Jorge Dorado
Guión: Guy Holmes (Historia: Guy Holmes, Martha Holmes)
Música: Lucas Vidal
Fotografía: Óscar Faura
Reparto: Mark Strong, Taissa Farmiga, Brian Cox, Indira Varma, Noah Taylor, Saskia Reeves, Clare Calbraith, Jessica Barden, Alberto Ammann, Julio Perillán, Hovik Keuchkerian
Productora: Coproducción EEUU-España; The Safran Company / Antena 3 Films / 26 Films
Género: Thriller. Ciencia ficción | Thriller psicológico

Crítica

El argumento de Mindscape, película que supone el debut en la dirección del español Jorge Dorado, puede pasar por original cuando, en realidad, es bastante simple. Un thriller dramático con la particularidad de que se enfoca desde el punto de vista de un especialista en incursiones de recuerdos en lugar de un agente de policía. Inception (Christopher Nolan, 2010), A Nightmare on Elm Street (Wes Craven, 1984), The Science of Sleep (Michel Gondry, 2006) o What Dreams May Come (Vincent Ward, 1998), por ejemplo, ya trataron este mismo tema antes. Las películas que mezclan realidad, recuerdos y sueños, cuentan con la ventaja sobre el espectador de que este no sabe de primera mano que es real y que fantasía. Por lo que el público se encuentra a ciegas y totalmente a expensas de a donde la película le quiera dirigir. Por unos instantes, y hasta que la historia se asiente y se ubique, dependemos totalmente de la mente creativa detrás del proyecto. Pero trazar desafíos con una historia sobre el poder de la memoria es un arma de doble filo, ya que la confusión y el batiburrillo deben tener un final a la altura de las expectativas, cosa harto complicada. Y más en Mindscape. Porque, lamentablemente, vamos un paso por delante del propio film y su protagonista debido a la torpeza y vulgaridad en la sucesión de pistas expuestas a lo largo del metraje. Lo que Jorge Dorado y Guy Holmes, su guionista, consideran inteligente y perspicaz, no es más que un juego de niños para el espectador avezado o simplemente observador. No hay que esforzarse mucho en descubrir sus secretos cuando el propio director muestra un plano fijo de algo aparentemente sin importancia durante más tiempo del normal. El miedo a que el público no relacione todos estos elementos en el final le lleva a exponerse sobremanera, a desvelar demasiado para que nadie se pierda por el camino. Lo que podría interpretarse como una consideración con su audiencia no es más que inexperiencia e inseguridad. A pesar de esto, la película empieza bien, con fuerza y ritmo, ofreciéndonos una escena inicial potente, de las que te provocan curiosidad tanto por el personaje como por lo que puedes llegar a ver. Dicho efecto se mantiene al presentarnos a la familia que contrata al especialista en incursiones de recuerdos, pues el misterio está correctamente presentado y desarrollado medianamente bien. Sin embargo, en el momento en el que el personaje principal (es el principio aún, no es spoiler) se relaciona de forma emocional extremadamente rápido con la familia, al tiempo que sabemos que arrastra un trauma personal que le martiriza y que ha desarrollado un gran sentimiento de culpabilidad, entramos en terrenos de sobra conocidos, donde la evolución natural es prototípica y nada sorprendente, lo que perjudica seriamente una propuesta que se basa en el desconcierto y el asombro.

Mindscape.2

La nota positiva de Mindscape es un reparto sobrio, que mezcla con sapiencia juventud con veteranía. Mark Strong y Taissa Farmiga soportan el peso dramático de la película con sus interesantes conversaciones y encuentros profesionales. Brian Cox ejerce como secundario de lujo y apoyo moral del protagonista. Sin un hombre de la presencia de Mark Strong, la película podría haberse quedado en un simple telefilm de domingo por la tarde, que es a lo que, por desgracia, más se asemeja. Familia rica que parece esconder demasiado, niña problemática, protagonista con un pasado que le persigue en busca de redención, secretos que salen a la luz, etc. Elementos de telefilm presentados como tal. Incluso algo tan manido como son los impedimentos que la propia familia (que es la que contrata al especialista) pone a Strong para trabajar los hemos visto antes en cualquier telenovela sudamericana (si sois de los que veis esas cosas, claro). Echando un vistazo a la ficha técnica de la película podemos entender algunas cosas. Jaume Collet Serra es el productor, lo que, inexplicablemente, ha despertado ciertas esperanzas en este producto. Digo inexplicablemente porque Collet Serra es un director corriente que ha realizado dos cintas horribles (House of Wax, 2005-Goal! 2: Living the Dream, 2007) y otras dos decentes (The Orphan, 2009-Unknown, 2011), además de dirigir el episodio piloto de la serie cancelada The River (2012). Si damos por hecho la influencia de Collet Serra en Dorado (cosa que a lo mejor no ha sucedido, pero…), la mediocridad de Mindscape cobra sentido. El film intenta lanzar alguna que otra reflexión sobre la posibilidad de reescribir nuestra vida en los recuerdos, donde somos los jefes y ninguna intrusión externa nos impide marcar nuestras propias pautas. No se explota esta vía en favor de escenas de terror y otras propias de thriller, que funcionan de manera aceptable. Como vehículo de evasión, funciona sobradamente, aunque solo sea por disfrutar de su reparto. Es el envoltorio prefabricado lo que molesta, ese conocimiento de que, por muy enrevesada que esté la trama, todo se va a resolver mágicamente en el último minuto con nuestra ayuda o sin ella. Una película que trata de hacernos tan partícipes de su planteamiento, en su parte final obvia al público, pues su final parece obedecer antes a problemas de tiempo que de lógica narrativa. La creación de subtramas tienen como objetivo alimentar a la trama principal, siendo alguna de ellas bastante ridícula. No por no mantener una entidad propia (las subtramas, en su mayoría, no suelen tenerla), sino porque se nota en exceso su existencia como recurso que impulse la historia, como único motivo y sin querer profundizar en demasía en ellas. En resumidas cuentas, Mindscape es un thriller con una buena dosis de emoción, ritmo y recursos como para entretener durante noventa minutos, pero al que acudir sin ninguna exigencia ni esperanza de que vaya a aportar algo nuevo al thriller. Evasión prefabricada de consumo rápido y digestión veloz.

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