[Sitges 2013] Reseña: ‘The Call’ (2013)

THE CALL-BERRY VS THE TAKING OF PELHAM 1,2,3-WASHINGTON:
 
La existencia de The Call responde a unos parámetros con los que suelen ser muy cuidadosos en Hollywood. Demográfico de raza negra, mujeres de todas las edades y hombres adultos. No solo de Tyler Perry vive el sector afroamericano. Se puede ver The Call como un adversario directo de la fallida The Taking of Pelham 1,2,3 (Tony Scott, 2009), donde Denzel Washington interpreta a ese americano de color, honesto y trabajador que intenta salvar a víctimas inocentes de la amenaza blanca de John Travolta (aprovecho para recomendar el visionado de la Pelham original, de Joseph Sargent, 1974, que cuenta con un guión prodigioso e imitado hasta la saciedad). Toda la acción se desarrolla en dos puntos fijos. En uno de ellos tenemos a nuestro protagonista (Washington-Berry) y en el otro al villano (Travolta-Michael Eklund), con la diferencia de que el personaje de Eklund se mueve de un lado para otro en su huida hacia delante. Ambas son cintas de acción con un ritmo elevado y espectaculares escenas de acción, con comunicación telefónica constante entre el héroe de la función y su némesis (o víctima en el caso de The Call). Centrándonos ya exclusivamente en The Call, Anderson nos presenta el submundo en el que habitan Berry y sus compañeros de trabajo. Un mundo lo suficientemente desconocido (el de los operadores de llamadas de emergencia), como para despertar nuestra atención. Y más con los detalles que nos muestra el inicio. Los operadores se enfrentan cada día tanto a desgracias personales como a chorradas de gente que no sabe como reaccionar ante diversos hechos. Son testigos de microrelatos, de pequeñas historias de gente anónima que solicitan ayuda a desconocidos para que otros desconocidos acudan a protegerles. En realidad se trata de una especie de venta telefónica, pues ellos venden la seguridad y profesionalidad del Estado en situaciones desesperadas. Como en toda venta al público, hay artimañas para encauzar la llamada a su terreno (hay gente que llama solo para hablar con alguien) pero también hay unas reglas básicas fundamentales:no identificarse con la víctima, no implicarse emocionalmente, no llamarles por su nombre, no realizar promesas que no puedas cumplir y preservar la calma en todo momento. Más reglas que un Gremlin, si. En ocasiones, esto es imposible de cumplir pues hablamos de humanos y no de las máquinas que nos suelen atender en servicios telefónicos hoy día. Es aquí cuando The Call se vuelve peligrosa. Vemos como hay llamadas que son usadas como terapia o pruebas para operadores con la moral baja, que necesitan sentirse útiles de nuevo. Supongo que la película se habrá documentado debidamente y la duda de si esto es una licencia de guión o un reflejo de la realidad en este entorno laboral, es considerable. Brad Anderson realiza su película menos personal, sin que esto sea necesariamente un defecto. Andeson ha hecho mucha televisión (The Wire, Treme, The Killing, Boardwalk Empire, Fringe, Alcatraz) y si algo caracteriza a la realización de series de televisión es que suele ser estándar para preservar un estilo dramático uniforme. Por lo que el firmante de Transsiberian (2008) se mueve bien en territorio ajeno y acomoda su artesanía en favor de un proyecto común.

The-Call-Image-1

Pero de lo que se trata en realidad en The Call es de promocionar la actuación de Halle Berry para que consiga, al menos, nominaciones a los premios importantes de la industria. Es el clásico vehículo de lucimiento para una estrella cuya carrera no ha seguido el camino deseado después de hacerse con la estatuilla a la mejor actriz por Monster’s Ball (Marc Forster, 2001). La actriz de Die Another Day (Lee Tamahori, 2002) cumple sobradamente y nos brinda una interpretación notable, algo sobreactuada, pero de las que gustan en las galas de Febrero. Ayuda a ello un personaje de construcción clásica, cuya moralidad, rectitud e integridad no se cuestiona en ningún momento, y evoluciona de forma algo exagerada hasta convertirse en una heroína de una película de aventuras. Porque, si, lo peor de The Call es un final descontrolado y desmesurado (aunque la película no es precisamente sensata en su nudo) donde el personaje de Berry es un “Bigger Than Life” en si misma. De todas formas, el desenlace se veía venir desde el minuto uno, aunque las formas sorprendan un poco. Pero lo importante de este film no radica en su final, sino en su edificación sobre la base de un videojuego donde hay que ir superando niveles y obstáculos hasta llegar al monstruo final. El planteamiento es predecible pero apenas molesta porque el ritmo es tan frenético y sucede todo a tanta velocidad, que no tenemos tiempo de meditar la credibilidad o no de tal o cual escena. Todo ocurre, sin más, y lo procesamos para seguir con el desquiciado viaje que Anderson nos propone. Ni siquiera algunas casualidades de postín colocadas estratégicamente en la historia para que esta avance despiertan nuestro lado crítico, pues como digo, la agilidad de la narración lo evita (de forma premeditada, cabría añadir). The Call es cine tremendista, de lágrima fácil, que juega constantemente con nuestros nervios y nuestras emociones a través de escenas cargadas de tensión y energía. La dirección de sonido y su consiguiente mezcla justifican su existencia con una comunión total con la colérica realización de Anderson. Michael Eklund, el villano de la historia, fetichista de adolescentes rubias que haría las delicias de Alfred Hitchcock, destaca con una poderosa interpretación cargada de matices y miradas enajenadas. Es el clásico papel que lleva a un actor a conseguir otro tipo de roles o a encasillarlo como malvado de turno. Por otra parte, asistimos a la enésima participación vacía de Michael Imperioli, desaprovechado como siempre. Nuestro amado Christopher Moltisanti no termina de encontrar su sitio en el cine (The Lovely Bones, Peter Jackson, 2009) o en la televisión, donde sus series son canceladas rápidamente (Detroit 1-8-7, 2010 o Life On Mars, 2008). La otra estrella del espectáculo es una crecidita Abigail Breslin, que aguanta el tipo ante Eklund o Berry, y aporta la fragilidad emocional y la fuerza necesaria que su personaje requería. The Call no es cine para recordar ni para engordar listas de lo mejor del año, pero es un digno ejercicio de tensión ininterrumpida que hará que sudemos la gota gorda en nuestra butaca.

About Dehparadox

Adoro el cine (Asiático, Occidental, thrillers, dramas, cine negro, acción, entretenimiento... mientras sea bueno me da igual el genero), adoro las series de TV (aunque odie la TV por lo que es actualmente), adoro los videojuegos, adoro leer... Eternamente peleado con los doblajes, algo con lo que jamas podre llevarme bien.

Check Also

Netflix se asoma de cerca a la industria del cine

La plataforma de streaming Netflix, cuyo éxito a nivel mundial es rotundo, comenzó a dirigir …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies