Reseña: ‘Agua para elefantes’ (2011)

Pattinson y Whitherspoon protagonizan una olvidable historia de amor ambientada en los años 30.

Ficha Técnica

Título: Agua para elefantes
Título Original: Water for Elephants
Director: Francis Lawrence
Guion: Richard LaGravenese (Novela: Sara Gruen)
Musica: James Newton Howard
Fotografia: Rodrigo Prieto
Productora: Fox 2000
Año/País: 2011 / Estados Unidos
Duración: 122 min.
Género: Romance. Drama | Drama romántico. Gran Depresión. Circo
Reparto: Reese Witherspoon, Robert Pattinson, Christoph Waltz, James Frain, Hal Holbrook, Paul Schneider, Ken Foree, Tim Guinee
Web oficial: http://www.aguaparaelefantes.es
Enlace IMDB: http://www.imdb.es/title/tt1067583/
Enlace Sensacine.com: http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-129955/

Sinopsis

En la época de la Gran Depresión, un joven estudiante de veterinaria se ve obligado a dejar sus estudios tras la muerte de sus padres. Empieza entonces a trabajar para los hermanos Benzini como veterinario de su circo. El joven se enamora de Marlena, una amazona que está casada con August, el encargado de adiestrar a los animales, un hombre tan carismático como retorcido… Adaptación del aclamado best-seller homónimo de Sara Gruen.

Crítica

Cuando era niño, mis inquietudes nunca se veían familiarizadas con ese ritual que, de vez en cuando, celebraban padres y retoños alrededor de un show al servicio de unos intrépidos cuyas vidas estaban íntimamente ligadas a la risa y al asombro del público. Vaya usted a saber qué se cocía dentro del circo. El hecho de estar bajo una carpa me ponía nervioso, ya que el tenderete podía venirse abajo en cualquier momento. La única sensación que me arrancaban los maestros de la risa, o sea los payasos era el terror y el desprecio absoluto a tanta nariz roja y color infinito.

Así que, todo aquel rollo exótico, de chaqueta roja y domadores y trapecistas y señoras con barba eran ajenos a mi cabezota. Por suerte, hay quien piensa todo lo contrario y se decide a escribir películas ambientadas en el mundo del circo. Sea como sea, tengo pendiente el visionado de una serie titulada Carnivàle, porque me han prometido que después de los dos primeros episodios levantan la empresa y te quedas boquiabierto y con más congoja que tristeza o hastío. Pero toca hablar de Agua para elefantes, la nueva película de Francis Lawrence, un director cuyo cine (al menos hasta el momento) deja mucho que desear. Guardo malos recuerdos de Constantine y Soy leyenda, que aun siendo productos mainstream fabricados para inflar la saca de los estudios, no justifican su pésimo nivel cinematográfico. Y sí, podrán decirme que entretienen y que Will Smith mola y que los seudovampiros afincados en Manhattan tienen su punto divertido. Pero supuestamente fue concebida como peli de ciencia-ficción postapocalíptica y no como una comedia de saldo.

Curiosamente, Soy leyenda y Agua para elefantes, con argumentos tan dispares y a priori antitéticos desde el punto de vista formal, poseen un gran detalle en común: el personaje más entrañable y mejor descrito, con el cual empatizas de principio a fin, es un animal. Perro y elefante, respectivamente. Con la suficiente dosis de drama, la cinta nos cuenta la historia de un joven estudiante de veterinaria (Robert Pattinson) que recibe la triste noticia del fallecimiento de sus padres. Sin poder afrontar las deudas contraídas por éstos, y justo antes de graduarse, no tiene más remedio que partir en busca de otro futuro. De esta forma recala en un circo cuyo jefe (y caudillo, porque Christoph Waltz es mucho para tan poco) sufre altibajos emocionales que le obligan a comportarse de forma violenta. Su mujer (Reese Whitherspoon), además, es suya, así que si alguien la toca o intenta flirtear con ella, pues es una de las grandes estrellas del circo, el pavo se enciende como un zippo descontrolado.

 

“Oh, desilusión, traición, lujuria, eso es lo que vende entradas”

(August)

 

Pues bien, como dije antes, lo mejor es la elefanta, Rosy. Con el permiso de Christoph Waltz, por supuesto. Lo que pasa es que, inconscientemente, le borro del reparto de este filme. Un drama ambientado en los Estados Unidos de los años 30, conducido narrativamente por un Pattinson ya mayor, que a través de un recurrente flashback nos cuenta su aventura en el circo de los Hermanos Benzini. Y cuenta también cómo se enamora de su mujer, por aquel entonces en manos del tal August (Waltz). Y lo hace de manera precaria y superficial, sin ahondar en el conflicto ni las relaciones. Robert Pattinson y Reese Whitherspoon no ofrecen nada reseñable; menos aún él, inexpresivo, pálido de piel y voz. Hace más frágil al personaje frágil. Ni conmueve, ni perturba a lo largo de dos horas largas e innecesarias, ya que con veinte minutos menos podrían haber contado lo mismo,  e incluso mejor. Tampoco la dirección artística es merecedora de grandes halagos. Algo a señalar en películas de este estilo.

Decía Robert Pattinson en una entrevista que él no había rodado Agua para elefantes con la intención de demostrar que tiene otros registros aparte de Crepúsculo. No, qué va. Él sólo confirma que no es el actor que vaticinaban sus fans. Ojalá me equivoque. Sí creo, en cambio, que Reese Whitherspoon posee talento y atractivo ante las cámaras. Ya lo demostró metiéndose en la piel de June Carter en el biopic de Johnny Cash, En la cuerda floja.

Al final, irónicamente, la cinematografía de Francis Lawrence forma una conexión extraña e inflamable: inexpresividad (Robert Pattinson-Keanu Reeves-Constantine) y vampiros (Robert Pattinson-Soy Leyenda). Como para aburrirse.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=TTG20k_bZWw

Nota: 5/10